En su calidad de diplomático del Reino que, desde el corte de relaciones diplomáticas con el eje en enero asumiera la representación de los intereses argentinos ante el Tercer Reich y otros países, incluida Hungría, Wallenberg se embarcó en una empresa de salvataje de inusitadas proporciones, emprendiendo un camino sin retorno.
En marzo de 1944, Hungría constituía uno de los últimos refugios para los judíos europeos, estimándose en 900.000 el número de éstos en ese país. Cuatro meses después, 400.000 ya habían sido enviados a Auschwitz, mientras que otros 300.000 permanecían en campos de concentración y centros de deportación esperando ser trasladados.
En su lucha contra el nazismo, Wallenberg sólo contó con la diplomacia, la persuación y la valentía como armas, las cuales usó con astucia para lograr su cometido. En cuanto llegó a la Legación de Suecia, cuya sección de intereses argentinos estuvo a cargo de un funcionario administrativo del otrora Consulado de la República Argentina en Budapest después del corte de relaciones con el Eje, su primer paso fue renovar los visados emitidos, haciendo uso de un diseño que realzaba los colores nacionales, la insignia real, la foto del poseedor y la firma del ministro a cargo de la representación diplomática sueca. la idea era dejar en claro a alemanes y húngaros que Suecia respaldaba completamente a los poseedores de estos pases. estos pases los identificaban como "suecos en espera de repatriación" Y si bien, no eran completamente válidos, la mayoría de los alemanes no sabían interpretarlos correctamente.
Monumento a Raoul Wallenberg en Figueroa Alcorta y Austria, Ciudad de Buenos Aires.
Wallenberg persuadió a los alemanes para que le permitieran otorgar 4.500 visados o falsos pases aunque de hecho, imprimió y distribuyó tres veces esa cantidad. Así puso a millares bajo la protección de la corona sueca a través de la expedición de pasaportes, reubicándolos además en lugares donde izó la bandera sueca. Así fundó en 1944 la "Biblioteca Sueca de Budapest" ó el "Instituto Sueco de Investigaciones" que eran sólo fachadas para alojar a los judíos protegidos.
El 17 de enero de 1945, las tropas soviéticas que liberaron Budapest arrestaron a Wallenberg bajo la sospecha de ser espía norteamericano, y éste jamás volvió a ser visto. En 1957, las autoridades soviéticas informaron que Wallenberg había muerto de un paro cardíaco en 1947.
"Héroe sin Tumba"
Al igual que otras naciones, la Argentina ha decidido homenajear a Wallenberg, uno de los hombres de bien que independientemente de identidades nacionales, étnicas o religiosas trataron de rescatar a judíos de sus victimarios nazis. Ejemplo de dignidad humana y valentía, Wallenberg logró salvar, directa o indirectamente, la vida de hasta 100.000 personas. de ahí el diseño de un sello postal alusivo, que se emite en conjunto con la inauguración el 17 de noviembre de 1998 de un monumento a Raoul Wallenberg en la Plaza General Urquiza, sita en la intersección de la Avenida Figueroa Alcorta y la calle Austria de la Capital Federal.
Tirada: 304.000 ejemplares
Diseño: Olcar Alcaide
Ilustración: Rubén Rey
Fecha de emisión: 21 de noviembre de 1998
Procedimiento de impresión: Offset
Casa impresora: Casa de Moneda de la Nación
Papel: Sin filigrana, sin fosforescencia
Al igual que Wallenberg, su compatriota Harald Edelstam hizo lo mismo en Alemania y Noruega durante la Segunda Guerra Mundial, y en Chile tras el Golpe de Estado de Pinochet. La película "El clavel negro" narra parte de su historia.