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viernes, 25 de noviembre de 2016

Perforados comerciales

Más de una vez, revisando un lote de estampillas, aparecen algunas perforadas, con letras o siglas. Algunas de estas perforaciones fueron hechas por el Correo para matasellar o anular las estampillas.
Pero hay otras perforaciones que fueron hechas por empresas privadas para identificar las estampillas que usaban en su correspondencia y evitar el robo de las mismas. 
Durante mucho tiempo si uno tenía estampillas sin usar y las llevaba al correo, podía cambiarlas por su valor facial en efectivo, menos un porcentaje de comisión que se quedaba el Correo. Esto generaba que los empleados que tenían acceso a las estampillas de una empresa, se las llevaran y las vendieran nuevamente al correo, quedándose con el efectivo. Para evitar este robo, el Correo autorizó a las empresas a "marcar" sus estampillas, perforando sus iniciales en las mismas. El correo no aceptaría estas estampillas perforadas para realizar el canje por efectivo, lo que haría inútil el hurto de las mismas.

 Perforaciones BE (Banco Español) y BPB (Banco de la Provincia de Buenos Aires)

Estas perforaciones se conocen popularmente como "perfins" (PERForated INitials). En la Argentina, hay más de 450 perforaciones de este tipo catalogadas,en las imágenes se pueden ver algunas que poseo.

Perforaciones FNB (First National Bank of Boston) y MBS (Mitchell's English Bookstore)

 Perforaciones LGC (López, Goya y Cía) y GRAFA (Grafa S.A.)

 Perforaciones SGE (Sangrador, González, Etchegaray y cía) y BNA (Banco Nación)
 
 Si nien, durante mucho tiempo no se les dio mayor importancia (Víctor Kneitschel llegó a decir en su célebre catálogo que los perfins "carecen de valor filatélico"), últimamente han sido revalorizados en todo el mundo, habiendo varios sitios dedicados a clasificarlos.
 
El año pasado se editó el excelente trabajo "Catálogo Especializado de perforados de la República Argentina" de Casielles, Lencina y Miri que contiene toda esta información y mucha más. Los autores son grandes colaboradores del foro de Filatelia Argentina y en dicho foro han estado compartiendo con todos los filatelistas los descubrimientos que han ido realizando, a la vez que recibían colaboraciones y comentarios de los colegas. 


Como se puede ver en la imagen siguiente, para cada perforación, el catálogo indica los datos de la empresa, las fechas en que se aplicó la perforación, las características de la misma e imágenes de sellos perforados y sobres de la empresa circulados con sellos perforados. Realmente un trabajo exhaustivo que ilustra con lujo de detalles todos los aspectos del tema.
 
 
Este catálogo complementa el trabajo realizado por el Centro Filatélico Lomas de Zamora, que especifica además en su catálogo online sobre qué sellos se aplicó cada perforación.

viernes, 11 de julio de 2014

Divide y reinarás

¿Cómo dividir el mundo?

Hacia 1900, había 228 administraciones postales que emitían 850 estampillas por año aproximadamente. En 1950 los países emisores habían bajado a 210 pero el promedio anual ya había subido a 1700 estampillas, el doble. El total emitido hasta entonces era de 80.000 estampillas.

El primer catálogo de estampillas que tengo es de mi papá, y es el catálogo francés Yvert et Tellier de 1952. Está dividido en dos tomos:

   Tomo 1: Francia
   Tomo 2: Resto del Mundo

Para 1970, la cantidad aproximada de estampillas emitidas ya era de 200.000. El siguiente catálogo que conservo es el Yvert et Tellier de 1970 que me regaló mi abuelo, que ya tenía tres tomos:

   Tomo 1: Francia y países de expresión francesa
   Tomo 2: Resto de Europa
   Tomo 3: Resto del Mundo

Hacia el año 2000, ya se emitían 12.000 estampillas por año, y el total acumulado pasaba los 500.000. El catálogo ya estaba dividido en 14 tomos y no todos se emitían todos los años.

Primera división (década de 1980):

   Tomo 1: Francia, Mónaco y Naciones Unidas
   Tomo 2: Colonias y excolonias francesas
   Tomo 3: Europa Occidental
   Tomo 4: Europa Oriental
   Tomo 5: Resto del Mundo (A-J)
   Tomo 6: Resto del Mundo (K-Z)

Segunda división (década de 1990)

   Tomo 1:  Francia
   Tomo 1Bis: Mónaco, Andorra y Naciones Unidas
   Tomo 2.1: Colonias francesas
   Tomo 2.2: Países independientes de expresión francesa (excolonias)
   Tomo 3.1: Europa Occidental (A-G)
   Tomo 3.2: Europa Occidental (H-Y)
   Tomo 4: Europa Oriental
   Tomo 5.1: Resto del Mundo (Adén - Brésil)
   Tomo 5.2: Resto del Mundo (Brunei - Cyrenaïque)
   Tomo 5.3: Resto del Mundo (Dominicaine - Guatemala)
   Tomo 6.1: Resto del Mundo (Guinée Bissau - Lesotho)
   Tomo 6.2: Resto del Mundo (Liban - Nyassaland)
   Tomo 7.1: Resto del Mundo (Océan Indien - Samoa)
   Tomo 7.2: Resto del Mundo (Seychelles - Zoulouland)  

 Yvert et Tellier, de 1970 a 1995 / 2002.

La complejidad es tan grande que incluso se editó una Guía de Referencia, para saber en qué tomo se encuentra un determinado país. (A veces el criterio para separar entre Excolonias Francesas / Europa / Resto del Mundo no es del todo claro).

 Guía de referencia de Yvert et Tellier 2001

Si bien Yvert Tellier es el catálogo más común en la Argentina, hay otros catálogos universales. ¿Cómo organizan sus emisiones?

El catálogo Scott de Estados Unidos, en 1983 se organizaba en:

   Tomo 1: EE UU, Gran Bretaña y Comunidad Británica, Naciones Unidas
   Tomo 2: Resto del Mundo A-F
   Tomo 3: Resto del Mundo G-O
   Tomo 4: Resto del Mundo P-Z

Los 4 tomos de Scott 1983

En la actualidad, se simplificó aún más, dividiéndose en EE UU y resto del Mundo:

   Tomo 1: EE UU y Resto del Mundo A-B
   Tomo 2: Resto del Mundo C-F
   Tomo 3: Resto del Mundo G-I
   Tomo 4: Resto del Mundo J-O
   Tomo 5: Resto del Mundo N-Sam
   Tomo 6: Resto del Mundo San-Z

El catálogo alemán Michel se divide en:

   Europa 1: Europa Central (Alemania / Austria / Suiza / R Checa / Hungría)
   Europa 2: Europa del Sudoeste (Francia / España / Portugal )
   Europa 3: Europa del Sur ( Italia / ex Yugoslavia)
   Europa 4: Europa del Sudeste ( Grecia / Bulgaria / Rumania / Turquía )
   Europa 6: Europa del Norte (Escandinavia)
   Europa 7: Europa del Oeste ( Holanda / Bélgica / Gran Bretaña )
   RDM 1.1: Norteamérica
   RDM 1.2: Centroamérica
   RDM 2: Islas del Caribe
   RDM 3.1: Sudamérica (A-I)
   RDM 3.2: Sudamérica (K-Z)
   RDM 4.1: África del Norte
   RDM 4.2: África del Este
   RDM 5.1: África del Oeste (A-G)
   RDM 5.2: África del Oeste (K-Z)
   RDM 6.1: África Central 
   RDM 6.2: África del Sur
   RDM 7.1: Oceanía / Antártida (A-M)
   RDM 7.2: Oceanía / Antártida (N-Z)
   RDM 8.1: Asia del Sur (India)
   RDM 8.2: Asia del Sudeste
   RDM 9.1: China
   RDM 9.2: Japón / Corea / Mongolia
   RDM 10: Cercano Oriente

Podríamos decir que Michel utiliza un criterio geográfico, mientras que Scott usa un criterio alfabético. Yvert et Tellier utiliza una mezcla de ambos, lo que lo convierte en el más confuso de los tres.
Queda a criterio de cada filatelista qué opción elegir, aunque el criterio geográfico parece más adecuado si alguien sólo está interesado en un país o región. No es un detalle menor, ya que un catálogo con 15 ó 20 tomos, cada uno de los cuales tiene un costo de 30 a 50 euros, torna prácticamente impensable comprar un catálogo completo actualizado.
Todos los editores tienen también catálogos específicos por períodos, regiones o temáticos, lo que hacen menos necesaria la compra del catálogo completo.
 

(*) Algunas de las estadísticas de esta entrada fueron obtenidas del excelente blog http://www.stampcollectingblog.com/number-of-different-stamps-issued.php

viernes, 4 de noviembre de 2011

Censura en catálogos

Uno espera que un catálogo incluya todas las estampillas emitidas en el mundo, o en el país cubierto por dicho catálogo. Sin embargo, esto no es así. Muchas veces los catálogos dejan afuera algunas estampillas.

En algunos casos, es por decisión de los editores, como ocurre con muchas de las estampillas denominadas "abusivas": Las que emiten diferentes países pensando exclusivamente en el servicio filatélico y rara vez han visto una oficina de correos. En otros casos, por no tomarse el trabajo de clasificarlas, como ocurre con los Zemstvos de Rusia.

Pero hay algunos casos, en que la ausencia de determinadas estampillas no se debe a decisiones editoriales, sino a que es ilegal difundirlas, por motivos económicos o políticos. En algunos casos, se debe simplemente a censura.

En 1958, Víctor Kneitschel realizó una nueva edición de su catálogo, la que quizás sea la más completa y exhaustiva obra sobre filatelia argentina realizada, antes o después de ese momento. Sin embargo, por razones ajenas a don VK, ese catálogo no es completo.


Tres años antes, había tenido lugar el golpe de estado autodenominado "Revolución Libertadora", contra el Presidente Perón, y en 1956 se proclamó el decreto 4161, que prohibía mencionar a Perón:

"Queda prohibida en todo el territorio de la Nación (...) la utilización de la fotografía retrato o escultura de los funcionarios peronistas o sus parientes, el escudo y la bandera peronista, el nombre propio del presidente depuesto el de sus parientes, las expresiones "peronismo", "peronista", " justicialismo", "justicialista", "tercera posición", la abreviatura PP, las fechas exaltadas por el régimen depuesto, las composiciones musicales "Marcha de los Muchachos Peronista" y "Evita Capitana" o fragmentos de las mismas, y los discursos del presidente depuesto o su esposa o fragmentos de los mismos."

Kneitschel incluyó en su catálogo estampillas que ilustraban a Evita y mencionaban al Plan Quinquenal, pero no se animó a publicar la imagen de este ensayo no emitido de 1951, que mostraba al mismísimo Juan Domingo Perón:

Ensayo preparado pero no emitido de 1951. 
Según la tradición, fue el propio Perón quien, al ver la estampilla, la rechazó.

En lugar de ello, se debió conformar con describir ligeramente la estampilla, sin mostrarla ni indicar quién estaba en la misma:

Fragmento del Catálogo Kneitschel de 1958 donde describe la estampilla anterior.
Es la única estampilla cuya imagen no está reproducida en el catálogo.

En el plano internacional, hay ejemplos más drásticos aún. Desde la década de 1960, los Estados Unidos mantienen un embargo económico contra Cuba, que prohíbe comerciar con dicho país. (Las Naciones Unidas condenaron el embargo en numerosas ocasiones. Hoy en día las únicas naciones que lo siguen apoyando son Estados Unidos, Israel, las Islas Marshall y las Islas Palau.) El embargo incluyó a la filatelia, ya que los catálogos norteamericanos no pueden cotizar a las estampillas cubanas posteriores a 1961. Es por eso que en dichos catálogos, en la sección destinada a Cuba, se lee el siguiente mensaje:

Fragmento del catálogo norteamericano Scott de 1983


"Importación prohibida.
Las estampillas cubanas emitidas después del nº673 no están listadas porque el embargo al comercio con Cuba anunciado el 7 de febrero de 1962 por el presidente John F. Kennedy, prohíbe la importación desde cualquier país de estampillas de origen cubano, usadas o sin usar."

Esto es lo que dice el catálogo Scott de 1983. Las ediciones actuales de dicho catálogo listan las estampillas posteriores, pero siguen sin darles cotización.




 Fragmento de la edición 2005 del mismo catálogo. 
En la primera columna se ven las estampillas cotizadas. (Por ejemplo, la nº 666 vale 0,20 dólares tanto nueva como usada). En las siguientes columnas (a partir del nº 674) ya no se indican precios.
 

viernes, 21 de octubre de 2011

Actualización 2011 del Catálogo Göttig Jalil

El Catálogo Göttig Jalil (GJ) lanzado en 2009, ha lanzado una nueva actualización, correspondiente a septiembre 2011. Si bien ya se habían realizado otras actualizaciones durante 2010, cada nueva actualización incluye a las anteriores, por lo que sólo es necesario tener la última.


En este caso se incluyen todas las estampillas desde agosto del 2009 (Parque de diversiones) hasta septiembre de 2011 (Tren a las nubes), continuando la numeración del catálogo. También se incluyen todas las tarjetas, enteros postales y sobres carta emitidos en dicho período.


Además, se dedica un espacio a todas las nuevas variedades que se detectaron en la serie de uso corriente (culturas originarias de la Argentina), y otro a la fe de erratas del catálogo impreso.


Es realmente gratificante ver el esfuerzo y dedicación que Guillermo Jalil y José Luis Göttig dedican a mantener vigente el catálogo. (Esta actualización de 26 páginas se distribuye en formato pdf y es gratuita) Los interesados en recibirla, sólo tienen que enviar un mail a catalogodefilatelia@hotmail.com

viernes, 7 de octubre de 2011

El sello de Antigua

"Antigua, penique, bordó." La mirada se posa sobre él con emoción y una oleada de recuerdos y conjeturas agitan el corazón. ¿no es acaso Antigua una colonia inglesa? ¿y no son acaso la mayoría delas clásicas rarezas del mundo de la filatelia, sellos de las primitivas colonias británicas? además, siendo el penique la más común denominación del sello colonial británico, ¿no es evidente que el sello en cuestión debía tener algo verdaderamente excepcional para justificar ser el tema de un libro? ¿era su color bordó, su inimitable tono vinoso, lo que lo distinguía de sus semejantes? la solemne fonética de la palabra «Antigua», y la bonita combinación de las palabras «penique, bordó», habrán sido observadas también, y con toda razón, como elementos de importancia narrativa. si la frase fuese: "Islas Turks, 1881, un chelín, azul pizarra, con la errata truks", el impacto psicosensual no tendría, ni mucho menos, la misma fuerza, pese al gran atractivo de los errores de impresión y a que los sellos de un chelín alcanzan siempre precios más altos en los catálogos que los de un penique de la misma emisión. 
Pero, desde luego, la verdad no tiene alternativas. la verdad es que el sello que da nombre a esta novela era !Antigua, 1 penique, bordó!. Las circunstancias no le permitían ser otra cosa. "Islas Turks, 1881, un chelín, azul pizarra, con la errata truks", no sería, siquiera, un buen titular de periódico. 

"Antigua, penique, bordó." y pese a que sólo cabe esperar que sea en el corazón del hombre ordinario, donde se agite esta oleada de enclaustrados recuerdos y conjeturas, también la mujer ordinaria puede tener una recrudescencia de sentimientos al verlo, después de tantos años, ruborizarse de emoción al oír mencionar aquel vulgar e inútil sello de correos. Porque todo hombre ordinario en el fondo es un colegial y toda mujer ordinaria una colegiala. Todos los colegiales británicos de una cierta edad hacen colección de sellos, o por lo menos, los colegiales cuyos padres tienen algo de dinero; por debajo de un cierto nivel social, el instinto de coleccionistas debe limitarse, suponemos, a los cromos y cupones de regalo. Las colegialas, por otra parte, no coleccionan sellos. De hecho, suelen despreciar esta afición por no ser lo suficientemente directa y personal para satisfacerlas emocionalmente, si algo coleccionan, son fotografías firmadas por famosos actrices y actores. Pero tienen hermanos, y los hermanos coleccionan sellos de manera que, durante las vacaciones, a menudo se prestan a aportarles su ayuda. Rebuscan en los cajones de los dormitorios, en los escritorios de sus padres, en las cajas de embalaje de las buhardillas, y, a veces, hacen buena redada. Los hermanos se sienten emocionados y agradecidos. A las muchachas no les interesan los sellos, de acuerdo, pero -y este es el punto importante- les interesa indiscutiblemente la preocupación de sus hermanos por los sellos. ¿Qué es todo esto? ¿Qué sentido tiene? Se comportan casi como si estuviesen enamorados de sus álbumes. Como recompensa por el botín que la hermana le ha traído de lugares en los cuales no hubiera tenido el valor moral de aventurarse, el hermano un día instruye a su hermana en los misterios de su arte. Le explica, con voz temblorosa, las sutiles diferencias entre uno y otro sello, el exquisito cuidado que hay que tener al manejarlos y montarlos, y la relación entre su rareza, autenticidad y condición y su valor comercial. Ella lo escucha con bien fingida atención e incluso aguanta pacientemente otras lecciones sobre filigranas, perforaciones hechas con ruleta y sobrecargas. Pero en su memoria queda grabado poco o nada porque no estudia la filatelia en sí, sino, es necesario repetirlo, la conducta de un muchacho que se ha enamorado de su álbum de sellos. Por esto, al cabo de algún tiempo, el chico se impacienta con su hermana y reconoce que ha estado perdiendo el tiempo. La muchacha tiene, al parecer, una inteligencia inferior y, usando el lenguaje de su último boletín de geografía, "carece lamentablemente de concentración; demuestra un gran descuido". —¿No te he dicho esta misma mañana —gime el muchacho— que la edición de 1894 tiene dos franjas, o como se llamen, ondeadas y, la de 1895, sólo una? y ahora me los has mezclado todos y voy a necesitar horas para volverlos a clasificar. La muchacha tiene tacto y contesta gentilmente. — ¡Oh, cuánto lo siento! ¡Qué estúpida soy! Déjame que te los seleccione yo. Será una buena práctica y lo haré en un momento. 
Y así siguen juntos hasta que ella hace algo muy ordenado pero imperdonable, como fraccionar un bloque de cuatro rarísimos sellos de Terranova y colocar cada uno de ellos en el centro de las casillas oblongas de las páginas del álbum. Cuando él ve lo que ha hecho ella, se pone rojo y blanco de ira. La agarra por el pelo y la sacude con violencia, y sólo el acordarse súbitamente de que es una cobardía en el hombre maltratar a una mujer, especialmente si es una hermana menor, le impide dañarla seriamente. Ella llora pero más de indignación que de dolor. ¡Pensar que pueda tener semejante ataque de locura por una bagatela como aquélla! Cuando la suelta, la chica se comporta con dignidad. No arroja un tintero a la cara del agresor, ni siquiera sobre el álbum. No dice nada, pero sale sollozando y enjugándose las lágrimas con el pañuelo. Sólo cuando llega a la puerta se vuelve y le dice que en vista de lo que le ha hecho, jamás volverá a acercarse a sus espantosos sellos ni hará nada más para ayudarle. Él se echa a reír con desprecio. «¡Ayudarme! pues sí que...» pero la puerta se ha cerrado, de manera que no puede replicar todo lo que quería. Refunfuña solo. Está muy enojado todavía, pero empieza a sentirse incómodo. No hubiera debido hacer una cosa tan poco caballerosa como tirarle del cabello. Es capaz de írselo a contar a su padre y armar un escándalo; y si lo hace es seguro que su padre se pondrá de parte de ella. Pero no tiene por qué preocuparse, ya que su hermana no ha ido a encontrar a su padre, cuya intervención no hubiera hecho más que empeorar las cosas, sino a su madre. Las dos mujeres tratan el asunto a fondo, no sin indignación, pero, tomándolo, al mismo tiempo, un poco a broma. Al final, una cierta cantidad de dinero cambia de mano de forma cautelosa y la muchacha dice sonriendo: «Muy bien, mamá, si crees que es lo mejor... muchísimas gracias. En todo caso, no veo que merezca una recompensa por haberme tirado del cabello.» —piénsalo bien, hija —responde la madre. La muchacha lo piensa bien. 
Aquella noche, después de una silenciosa cena, se levanta y, dando la vuelta a la mesa, se acerca al sitio donde su hermano está melancólicamente rompiendo la cascara de un huevo pasado por agua. —toma —le dice, en voz baja, aparentemente con el fin de no ser oída por el padre, que está leyendo el periódico—, para que te cuides tu carácter brutal. Pero sigo diciendo que no volveré a ayudarte jamás a arreglar tu colección de sellos. Él le lanza una mirada feroz, pero después examina el paquetito que la hermana ha puesto en su mano. Su rostro cambia de expresión. Lo que le ha dado es el paquete aquel de cincuenta sellos de Centroamérica, marcado en 3 chelines 6 peniques, que hacía tanto tiempo anhelaba. Ha estado expuesto en el escaparate de la papelería del barrio y cuarenta de los cincuenta sellos, por lo menos, irán al álbum. Su colección es muy floja en sellos de Centroamérica, pero no le gusta aceptar un regalo hecho en aquel estado de ánimo. Así lo dice, con cierta hostilidad en su voz. La muchacha se echa a reír, un poco histéricamente. «Yo no hago colección de sellos, tirémoslos, pues.» coge el paquetito y se dirige hacia la chimenea. «¿Quieres que los queme?» Él se levanta de un salto. No, no es esto en absoluto lo que quería decir. Quería decir tan sólo... la chica comienza a llorar y él se siente avergonzado y trata de consolarla, pero ella no quiere ser consolada. La única hija comprende ahora perfectamente lo que su madre quería decir al darle el dinero, y avisarla: «Ha de creer que es dinero que te quedaba de tu cumpleaños.» La situación la divierte sobremanera y la divertirá todavía más antes de acabar con esto. Sale de la habitación; su hermano se siente impulsado a seguirla; suben al cuarto de la ropa blanca y ella le deja llegar a tal estado de contrición y vergüenza de sí mismo, y de gratitud por la lealtad de su hermana al no decirle nada al padre, que acaba por ofrecerle compartir su colección de sellos. Ante esta memorable declaración, la chica deja de sollozar, aceptar llorosa sus torpes caricias y le pregunta si lo dice sinceramente. Desde luego, lo dice sinceramente, y ella le expresa cuánto siente haberlo acusado alguna vez de egoísmo con respecto a su colección. —No debes decir nunca más tu colección —declara él con magnanimidad, acariciándole el cabello—. A partir de ahora es nuestra colección. —Eres un hermano maravilloso. Al verlos bajar las escaleras cogidos de la mano, su padre les felicita por haberse hecho las paces, como niños sensatos. Que sea ya nuestra colección, le da a ella mayor oportunidad de observar la conducta de su hermano respecto a la misma. Reconoce que algunas veces es realmente extraordinaria. Por ejemplo, cuando sus amigos vienen a casa a ver el álbum y a hacer algún canje, es invariablemente su colección. Y, sin embargo, parece que espere como cosa natural que la hermana gaste todo su dinero, incluso los ingresos extraordinarios de cumpleaños y navidades, en completar series que faltan o en adquirir, por lo menos, uno representativo de cada isla o estado lejanos para los cuales se ha reservado sitio en el álbum: Heligoland, Thurn y Taxis, África portuguesa, etc. «nuestra colección vale ahora un puñado de libras», declara él ufano. Entonces, pese a que sea nuestra colección, ella no puede, al parecer, tener una opinión personal sobre el arreglo de la misma, y no debe meter la cuchara cuando él está haciendo algún canje, porque se desconcertaba. — ¡Pero sueltas cada mentira sobre el valor de los sellos que quieres cambiar...! —dice ella—. No me parece honrado. Has cambiado aquel Barbados roto, que yo arreglé con un trozo de sello francés vulgar, diciendo que estaba en perfecto estado. —también mentía él. Si el Barbados estuviese en buen estado, no lo hubiera cambiado yo por el medio penique de Malta con sobrecarga. —pero éste no lo teníamos. —ya lo sé, pero está catalogado sólo a cuatro peniques, y Barbados a uno con seis. —uno con seis, nuevo —corrige ella—. Matasellado, sólo tres peniques. —Bueno, yo creía que valía uno con seis —dice malhumorado. ¡Qué tramposos son los muchachos! tratan de hacer trampas incluso con su conciencia.
Más adelante encarga a su hermana, como una especie de favor, la tarea de escribir a sus parientes lejanos —el primo Eric, ingeniero de minas en Bolivia, y tía Nelly, en la legación británica de Persia— para convencerlos de que les manden sellos. —diles que te manden sellos nuevos de valores altos, que pongan tantos de poco precio como puedan en el sobre. Éstos serán útiles para los canjes. Pero pon todo esto en una posdata después de una carta muy amable llena de noticias; de lo contrario creerán que escribes sólo para pedirles sellos y no se tomarán la molestia de contestar. —no: una posdata es demasiado sospechoso. Lo pondré a mitad de la carta. También entraba en las obligaciones de la hermana pedir a todas sus amigas, en cuyas familias nadie hacía colección de sellos, que rescataran todos los sellos extranjeros de la papelera. —diles que lo hagan aunque parezcan muy vulgares. Puede haber una nueva variedad entre ellos, o incluso un error, los errores tienen un gran valor. Pero ella, desde luego, no permitirá que se aprovechen de ella más de lo que sirva para su propósito. Por ejemplo, se las arreglará para que los regalos de cumpleaños y navidad sean en especies, no en dinero; y aún cuando permite, por razones tácticas, que su hermano se refiera a «su colección» delante de sus amigos, se desquita después de diferentes maneras. Una mañana, dice, por ejemplo: —esta mañana voy a usar nuestra colección de sellos. Me toca a mí. —¿Qué quieres hacer con ella? —pregunta él con suspicacia. — ¡Oh, nada...! —¿Qué quiere decir «nada»? —No gran cosa. —¿No vas a cambiar ningún sello de sitio, eh? — ¡Pero si me has dicho docenas de veces que no puedo hacer nada sin tu señorial permiso...! Tú, puedes hacer lo que te dé la gana, al parecer, pero yo no puedo siquiera sacar un sello para acercarlo a la luz y examinar las filigranas. —Los romperías; por eso no quiero. —¿Quién rompió aquel sello de las Seychelles, la semana pasada? —Fue culpa tuya, por respirar tan fuerte sobre mi hombro. Bien, escucha, ¿vas a sacar algún sello o no? —Me has dicho que no. —Ya lo sé, pero, ¿lo harás? ¿sí o no? —A ver si lo adivinas. —¿Sí? —No he dicho que sí, he dicho «adivina» (1). El chico sale corriendo de la habitación y tropieza con su padre, que lo agarra. —¿Dónde diablos vas como un loco, muchacho? esto le da a ella la oportunidad de salir a su vez y llegar la primera arriba. Sabe que su hermano tenía la intención de coger el álbum y esconderlo para que ella no pueda manosearlo aquella mañana. Él tiene que hacer de «caddy» de su padre, que juega al golf contra sir Reginald Whitebillet, constructor naval retirado y socio más antiguo de la compañía de transportes marítimos «Whitebillet», fundada por su abuelo. Su padre lo sujeta a pesar de sus esfuerzos por librarse. —Te he hecho una pregunta y espero la respuesta. ¿Dónde vas tan alocado? —Arriba a buscar mi colección de sellos. —¿Y qué quieres hacer con tu colección de sellos esta mañana? tenemos que estar en el club dentro de un cuarto de hora. El chico sale de la habitación haciendo a su hermana una mueca de amenaza. Ella dice: —Papá, esta mañana estudiaré nuestra colección de sellos. La tengo tan raras veces para mí sola... dice que es de los dos, pero no me la deja tocar nunca cuando no está él. Y eso que tengo mucho cuidado. —Lo creo, cariño... 

De manera que ella está en posición sólida, sentada y estudiando minuciosamente los sellos con una lupa. Si a última hora se produce una tentativa para arrebatarle el álbum, papá seguramente tendrá algo fuerte que decir. De manera que el muchacho pasó una mañana lastimosa en los «links», imaginando todas las cosas terribles que ella podría estar haciendo con el álbum, con su álbum, mientras él está fuera. A cada momento le da a su padre el palo equivocado, lo cual lo pone furioso porque está perdiendo. Cuando por fin regresan a casa  entra corriendo para ver qué daños ha sufrido la colección. La hermana no está en la habitación donde la había dejado, pero el álbum sí estaba sobre la mesa, al lado de la ventana, y..., ¡horror! , junto al álbum, un frasco de goma y el pincel, húmedo, balanceándose sobre el tapón. No podía haber cometido aquella locura..., ¡imposible! era imposible que hubiese pegado sellos, en lugar de ponerlos dentro de sus lindas fundas transparentes!Suena el gong de la comida. No dispone de más de medio minuto para buscar en el álbum las pruebas de su crimen. No encuentra nada, pero no tiene tiempo de examinar página por página. Llega tarde ya y todavía tiene que lavarse las manos. Su suplicio es prolongado. Ve a su hermana en la mesa compadeciendo a su padre por la derrota, y preguntándole qué había ocurrido en el tercero, en el cuarto, en el quinto y en el sexto. Él no se atreve a interrumpir. Papá está ya furioso con él por su distracción en los «links». Sólo cuando todos han terminado la sopa y mamá le recuerda a papá que se tome la suya, y que «nos dirá el resto después», su hermana se vuelve hacia él: —He pasado una mañana deliciosa con los sellos. He aprendido mucho con ellos. —¿Qué hacías con aquella goma? —ruge él. —¿Goma? —Sí, goma. El bote de goma estaba allí. Ella hace una pausa, como perpleja. — ¡Ah, sí! La he usado para pegar la tela de la encuadernación. Había un pequeño desgarro. —¿Me juras que no la has usado para nada más? —¿Crees que había otra cosa en qué usarla? ¡No vas a imaginar que voy a pegar los sellos por miedo a los ladrones...! Desde luego, el bote de goma había sido puesto allí para asustarlo, y desde luego también, ella no se había pasado toda la mañana con los sellos. En cuanto papá y el chico se fueron, subió al trastero a practicar la danza acrobática durante un par de horas. Después volvió a bajar para leer Tres hombres en una barca. Pero él no lo sabe. En cuanto termina el almuerzo y han dicho la acción de gracias, corre a su álbum y pasa la tarde examinando cuidadosamente qué jugarreta le puede haber hecho su hermanita. Por la actitud de ésta, tenía la sensación de que le había hecho alguna mala jugada. No encuentra nada, y eso lo vuelve todavía más suspicaz.

(1) en inglés yes, y guess, palabras cuya fonética se presta a confusión.




Así comienza "El sello de Antigua", una novela del historiador Robert Graves que relata la disputa entre estos dos hermanos, ya adultos, por la posesión de la mencionada estampilla. Es muy entretenida y es claro que quien la escribió sabe de filatelia, por todas las referencias que tiene la novela.

Incluso a quien no es filatelista lo va a atrapar esta novela, llena de suspenso e intriga.

Realmente muy recomendable, una de las pocas lecturas de ficción sobre estampillas que conozco.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Fe de erratas

En el catálogo Göttig-Jalil se coló un error que pueden ver ustedes mismos en el siguiente scan.



En la estampilla nº1235, dedicada al IV Centenario de la Fundación de San Juan, se muestra por error la imagen de la estampilla nº1237, que homenajea a la Fuerza Aérea Argentina en su 50º Aniversario. Si bien es un error fácilmente salvable, puede traer complicaciones y confusiones a más de un principiante (o no tanto).

Para salvar el error, rápidamente los editores decidieron emitir una serie de planchas autoadhesivas con la imagen correcta de la estampilla y la repartieron entre los compradores del catálogo.

Autoadhesivo para corregir el error. En el dorso lleva la inscripción "para reemplazar el sello Nº1225"

Este autoadhesivo debía colocarse sobre la imagen errónea y así se salvó el error, apenas notándose la corrección



Realmente una forma muy eficaz y novedosa de resolver el problema, además de ser una excelente muestra del celo profesional puesto en el catálogo. Era un error que por ser el único no iba a afectar la utilidad ni el valor del catálogo; aún así, encontraron la manera de corregirlo hasta en los ejemplares ya impresos y vendidos.

viernes, 2 de octubre de 2009

Nuevo catálogo de Argentina Jalil-Göttig

Dos meses después de que se editó el nuevo catálogo de Mello Teggia, ha salido a la venta un nuevo catálogo de estampillas argentinas, editado por Guillermo Jalil y José Luis Göttig. Tras once años sin un catálogo completo, ahora salen dos nuevos el mismo año.


- El nivel de detalle es superior al de un catálogo básico, sin llegar a ser un especializado como era el Kneitschel. Para cada estampilla se incluyen muchas variedades, tanto en antiguas como en modernas.
- Siguiendo la tendencia actual, se agrupan los sellos de correo ordinario, aéreo y bloques en una sección, dejando aparte los oficiales y de telégrafos. El catálogo tiene una numeración propia, pero para facilitar la conversión, incluye también la numeración Petrovich-Samowerskij hasta el año 1988.
- Las series largas de correo ordinario están catalogadas todas juntas, para facilitar su estudio.


- La impresión es buena; hay una versión en rústica y otra en tapa dura. El formato es A4, más grande de lo acostumbrado y tiene 500 hojas. En algunas páginas, el color no está bien logrado, dando un aspecto descolorido en algunas estampillas.
- Incluye imágenes de todos los sellos (casi todas en tamaño real), muchas variedades y muchos sobres, especialmente en la parte clásica. Basta decir que dedica 9 páginas A4 completas a los sellos de la provincia de Corrientes permite darnos una idea de su exhaustividad.




- Lamentablemente el valor de las estampillas está dado en dólares, lo que obliga a hacer la conversión al momento de comprar/vender/tasar sellos. En general, los precios dados son un poco superiores a los de Mello Teggia, pero bastante cercanos.
- Se incluyen también catalogados los sobres prefranqueados y enteros postales, aunque sólo en su etapa moderna.

El índice del catálogo incluye:

3 - Dedicación y agradecimientos
4 - Reflexiones
4 - Numeración
5 - Papeles
6 - Abreviaturas y precios
9 - Filigranas
11 - Corrientes
20 - Buenos Aires
26 - Córdoba
28 - Confederación Argentina
33 - Escuditos
38 - Rivadavias
48 - Emisiones Generales
403 - Servicio Oficial
462 - Telégrafo Nacional
463 - Telégrafos Provinciales
464 - Telégrafos Privados y Ferrocarriles
465 - Ahorro Postal
467 - Máquinas Expendedoras
468 - Grandes Clientes
469 - Cajas Envío
470 - Cierres de Cajas Envío
471 - Correos Privados
472 - Enteros Postales Modernos
472 - Aerogramas
473 - Sobres y Sobres Carta
480 - Tarjetas Postales Modernas
500 - Índice de Anunciantes


Realmente se trata de un gran trabajo y de una calidad notable, sobre todo teniendo en cuenta que es un trabajo nuevo realizado desde cero. Los autores prometen actualizarlo cada dos años e ir ampliando su alcance. De ser así, no tengo dudas de que pronto se convertirá en el nuevo estándar para la filatelia argentina.


ACLARACIÓN: No funciona mi escáner, por lo que las imágenes aquí publicadas no las obtuve yo sino que son las que los autores del catálogo difundieron antes de la publicación del mismo y fueron extraídas de http://www.filateliaargentina.com.ar

martes, 14 de julio de 2009

Nuevo Catálogo de Argentina


Finalmente, tras 11 años de espera desde la edición anterior, se ha editado el nuevo catálogo de estampillas argentinas de Daniel Mello Teggia.

- La principal novedad es que los sellos aéreos y los bloques se encuentran intercalados con los sellos ordinarios. Esto es de gran utilidad ya que permite ver junta toda una serie compuesta de sellos ordinarios y aéreos. Sin embargo, se respetan las numeraciones de la edición anterior (ordinarios, aéreos y bloques tienen numeraciones independientes).

- Se mantienen aparte los sellos de servicio oficial. (Al igual que en la edición anterior, el lector se encontrará con el cartelito "A los entusiastas de los sellos OFICIALES y MINISTERIALES les debemos una revisión y ampliación de las siguientes páginas, que no fue realizada para la presente edición". O sea, la última revisión de oficiales y ministeriales es del año 1992) y también los especiales "modernos": Unidad Postal, Caja envío, Grandes Clientes, etc.

- El nivel de detalle e inclusión de variedades es el mismo del catálogo anterior, pero se han agregado imágenes de casi todos los sellos y bloques (excepto oficiales y telegráficos)



Al incluir imágenes de todas las estampillas, incluso de aquellas pertenecientes a una misma serie, se facilita la consulta y se evitan confusiones.

- Los precios aproximadamente se multiplicaron por tres desde el catálogo 98. En algunos sellos recientes, el valor resultante parece excesivo. (Sellos del 2006 que pueden conseguirse en el correo a 0,75 están cotizados a 4,50). El precio mínimo es de 0,50 pesos, lo que parece razonable si lo comparamos con valores similares en catálogos internacionales.
- Se agregaron secciones para aerogramas, sobres, enteros postales y cupones de respuesta internacional.


Índice del catálogo, donde se puede apreciar la cantidad de nuevas secciones incluidas.

En resumen el nuevo catálogo (aunque en todo el libro no se lo llama "catálogo" en ningún momento) es la actualización mejorada del 1998 con su suplemento 2004.
Durante el segundo semestre de 2009, el catálogo se estará presentando en distintas ciudades del país, pueden consultar las fechas en el foro que está construyendo: http://filateliadaniel.hacerforo.com/portal.htm